domingo, 18 de enero de 2015

Bromas con cámara oculta



Además, se iba acercando a lo que va siendo una zona de mi anatomía donde la Bromas con cámara oculta pierde su casto nombre.

Pues bien, cuando estaba ya por ahí le dí una hostia que sonó flojo y le miré con cara de mala leche. No sé por qué hice aquello. Si nos fijamos en mi carácter, lo normal es que hubiera montado un numerito en el autobús, acordándome de la madre del viejo aquel (seguramente ya fallecida) y cantándole las cuarenta.

Pero no le dije nada. Me quedé mirándole con cara de "si tuviera aquí un bazoca, ni Arnold Schwarzenegger te salvaba de ésta, cabrón".
Y descubrí algo aún más horripilante: el muy ... bastardo tenía en la zona de la nariz venitas moradas, tan visibles y chocantes como son las varices de mi tía abuela, repulsivas, que me dieron arcadas, náuseas, ganas de potar y mil cosas más del estilo.
http://bromasconcamaraoculta.com


¡Qué asco! Encima de viejo (más de setenta y cinco años), cabrón y Mette-Manit, era desagradable a la vista (no os puedo describir para que os hagáis una ligera idea de cuánto era).

Así que cogí y me bajé del autobús en cuanto pude (ya que me éste impidió el paso hasta que quiso bajarse).

¿Queréis creerme si os digo que horas después aún tenía la sensación de su decrépita mano en mi muslo?




2.- Nochevieja, 2:15 h


No salí en Nochevieja, por tanto, no pude ser asaltada por ningún viejo verde...
... o eso creí yo.
Porque mirad qué feliz idea tuve al meterme a un chat aquél día y ponerme de nick "solitaria". Claro, las ofertas me llovieron a tutiplén como quien dice.
Había de todo: algunos más guarrillos (bastante normal):


-Oye, me han dicho que eres una putilla.

-¿Quién te ha dicho eso?

-Venga, confiésalo. Eres un huevo guarra.

-Creo que te has equivocado: el chat de cybersexo está en otro lado, justo debajo del de lesbianas.

-Guarrilla

-Si tú lo dices...



Otros se tiraban el rollo intelectual:


-¿Te gusta leer?

-Sí, no está mal.



-Ahora mismo nada, ¿y tú?

-Yo leo Historias Extraordinarias de Edgar Alan Poe, porque ya he terminado con La Iliada de Homero y toda la bibliografía de Kant. Además, no sé si te pasará a tí, pero no puedo concentrarme en la lectura si no escucho a Tchaikovsky de fondo.

-Hasta luego...

Algunos eran normalillos y otros paranoicos perdidos.

Y fíjate que me encontré a individuo de esta última categoría (y de las otras también, que conste) aquella misma noche, ¡qué casualidad!

(Soy gafe, por si alguien lo dudaba).

Total, se me presenta. Hablamos, muy majo, me pregunta cosas, le pregunto cosas, en algunas respuestas me tomo la libertad de darlas muy... generalizadas, por qué no decirlo. No suelo confiar en los desconocidos.

Y menos mal.

Me preguntó si tenía messenger y al final acabé dándoselo. No sólo me agrega a su cuenta sino que lo hace con todas las que tiene.

No entendí por qué, pero bueno, lo dejé pasar.

Me suelta de sopetón que tiene 40 años (sí, ya sé que se supone que este post va de viejos y tener cuarenta tacos no es ser viejo, pero éste sí que me pareció que lo era, al menos, por dentro. Y mucho).

A mí en un principio me dio igual, así que seguimos hablando como si nada.

Os escribo parte de la conversación:

No hay comentarios:

Publicar un comentario